viernes, 26 de febrero de 2021

Sin querer


Escribo sin querer, 
escribo porque las manos me arden
y pensar me torna los ojos niebla.
Ya no sé si creo en el tacto 
de la piel de los sueños.
Las heridas me han cambiado 
y un duende gris me acompaña
susurrando nombres y brisas sin risa, 
como si se burlara de mí. 
Increíble patetismo, intentar conjurarme
en estas líneas mal escritas.
Inventando pretextos
para disimular mis piezas mal engranadas.
Ganas de gritarle al viento
para que vuelva mi sol. 
Ganas de volar de nuevo 
aun con las alas desportilladas.
Recuerdos de sonrisas, de hilos y cenizas.
Vuelvo a escribirme otra vez, 
o quizá sea mejor
si dejo que esto se pierda también 
como todo lo que he escrito para ¿quién?
Si ya no soy, de nada sirve.
¿Para qué escribir sin musa, 
con un dolor como excusa?
¿Para tenerme de nuevo?
Solo sombras, un placebo.
En ocasiones, romperte
no es más que cuestión de suerte.
 





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