¿Quién creerá en mis ojos ahora?
Ahora que todos los relojes detuvieron
sus agujas romas
en una despedida sin adiós.
Ahora que las manos perdieron el dueño.
Ahora que ya no es posible
acariciar los sueños.
Ahora que el silencio dibuja cuchillos
en las esquinas de la noche sin ventanas.
Ahora que soy un signo de
interrogación incandescente
entre dos vacíos.
¿Quién creerá en mis ojos ahora?
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