jueves, 22 de junio de 2023

Primera vez



Hay ciertas sensaciones que deberían quedar registradas en la memoria del mundo. Debería acompañarlas una banda sonora memorable y una iluminación que no dejase ni un detalle al azar. Qué razón tenía aquel que afirmó que la primera vez no se olvida. Conservo el recuerdo como aquel que guarda un tesoro. El contraste del calor de su piel y el frío acero de la empuñadura en mi mano. El bulto duro en su entrepierna contra la lubricación artificial de la mía. El instante glorioso de profanación mutua y simultánea. Su carne dentro de la mía y mi anhelada venganza perforándole, implacable, el orgullo y el ventrículo izquierdo. Inolvidable el sonido de la hoja atravesando capas hasta alcanzar su objetivo y el olor de la sangre impregnando el ambiente. Su expresión de pavor y sorpresa y sus ojos exigiendo una explicación que nunca recibirían. Estuvieron buscando al asesino durante meses en los estratos más bajos de la chusma. Yo, su prometida, lo lloré todo un río hasta el funeral. 

Podría haber optado por el camino fácil y nada de esto hubiese ocurrido. Él por su lado, yo por el mío, y todos tan contentos. Pero no, escogió el camino de la cuerda corta y el chantaje en vídeo. Decidió que tenía el derecho de apropiarse de lo más valioso, de lo único que en realidad me pertenece, y someterme a su voluntad. Se equivocó por completo. Cosas de no escuchar o de no querer entender. Aquella primera vez fue necesario. El resto siempre serán homenajes incompletos a la memoria del día en que por fin fui libre.

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