Hay sonrisas que se apagan y el universo entero se queda a oscuras, huérfano de luz y de belleza. Lágrimas que eclipsan al sol más brillante. Silencios que marchitan primaveras y desatan infiernos de hielo en la madrugada. Palabras que tornan el jardín más hermoso en desierto y vacío. Dolores ajenos que hieren como propios.
Desde el otro extremo de alguna galaxia, la astronauta cierra los ojos y envía un abrazo. Ojalá sane el Sol y destierre al invierno que de repente se le ha instalado en las pestañas.
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